A diferencia sutil de nuestra madre, el padre es esa persona importante y primordial en el transcurso de nuestra vida. Se ha encargado en varios aspectos , de ayudarnos a crecer y cobijarnos con su sublime amistad que siempre está presente.
El amor de un padre a sus hijos es inmensamente puro. Será él quien luché también día a día por dibujar una sonrisa en los rostros de sus pequeñas obras de vida. Porque somos su orgullo y bendición de Dios.
Quizá algunos de nosotros nos sentimos más apegado a nuestra madre, ya sea porque somos mujeres o en caso general, porque tengamos más confianza con ella.
Jóvenes, les aseguro que sus papás pueden ser igual de mejores amigos, no los desaprovechen, porque a partir de ellos conocerán las cosas grandes de la vida, aquellas que nos haran madurar y crecer interiormente. Sus consejos siempre serán añorables y servirán en cualquier problema o situación en la que nos encontremos. Ellos y nuestras madres nos conocen demasiado. Y aunque puedan no pasar suficiente tiempo con nosotros, nos aman y quieren como otra persona no lo haría jamas.
Aprendan a valorarlos y a decirles lo mucho que los aman y aprecian por guiarlos en el sendero correcto de la vida, sin quitarle los tropiezos de enfrente para que asi puedan aprender.
Es muy necesario que él sienta nuestro cariño siempre. Porque llega cansado del trabajo, porque al igual que nosotros tienen sus problemas, y aún existe ese niño interior en ellos que necesita una palabra de aliento para levantarse, colocar vista al frente y seguir.
Hoy, día 20, tercer domingo de junio, vuelvo a desearles a todos los papás del mundo, especialmente al mio que me cuida desde allá arriba, UN FELIZ DÍA DEL PADRE! porque ellos se lo merecen y porque son también lo mejor del mundo, ahora y siempre!
